jueves, febrero 03, 2005

Cabrujiano, por siempre

Soy lo mucho o lo poco -o lo nada- que soy porque un día providencial de mi vida descubrí que José Ignacio Cabrujas existía. A lo mejor yo había oído hablar de él, o de sus novelas, o lo había visto en pantalla. Por descubrir digo que en una ocasión me tropecé con sus crónicas en El Nacional. Nunca más volví a ser el mismo (..)

Por aquel entonces (mal) habitaba yo en Valencia, sin orientación, sin bitácora de vida. Y apareció el remolino de Cabrujas a empujarme, a afianzarme como ser humano profundamente atormentado en su interioridad. Cabrujas empezó a enseñarme el país (..)

No había sábado en la vida que yo no saliera a matar por un ejemplar de El Nacional (juro que es literal). Y después de consumir la crónica de Cabrujas, organizaba la vida en función de esperar la siguiente con desbordada ansiedad.

Fui conociendo al país, los hechos, los personajes, la historia, las injusticias... fui creándome importantes, sólidas referencias de vida, del pasado, del presente, del futuro. Empecé a garrapatear, a querer escribir como él, a copiarlo. Me hizo irónico, punzante, corrosivo, miserable. ¡Qué bien!

Me convertí en coleccionista de las viejas crónicas, las que no tenía, las que no había leído. Arquélogo de Cabrujas, eso. Obtuve muchas cosas viejas, igual de fascinantes. Hasta agarré con el pana Pedro Ruiz e hicimos una chorrera de entrevistas a la gente de Cabrujas pensando en un documental cuando cumplía cinco años de muerto. Allí están Román Chalbaud, Tania Sarabia, Gustavo Rodríguez, Franklin Virgüez... estaba Rafael Briceño...Laureano Márquez... Qué bueno sería, Pedro, si por fin hiciéramos ese libro.
Y "El país según Cabrujas" no ha sido más que mi biblia de consulta para cuando la vida me desorienta. Cuando ello ocurre, muy al estilo del evangélico con su bibilia, abró un artículo al azar y allí está el alivio, la calma. Cabrujas es un vicio. Más que eso: una obligación.


Quise escribir estas tres líneas porque acabo de leer en el periódico que Yoyiana Ahumada -a quien dejé en herencia casi toda la arquelogía cabrujiana que recolecté- dictará un seminario auspiciado por la Fundación Cultura Urbana denominado: "Cabrujas: ese ángel terrible. Vigencia de un diálogo con el país".

Por favor, que alguien me haga la caridad de pedirle a Yoyiana que me invite.






2 comentarios:

Raúl Cazal dijo...

No se si es tarde, pero le voy a decir a Yoyiana que te invite.

Cabrujas era una especie de brújula y de humor colectivo, algo así como la conciencia colectiva. Sus crónicas memorables, cómo las extrañamos.

Jaime Castañé dijo...

Mi nombre es Jaime Castañé López y tan solo quisiera ponerme en contacto con Yoyiana Ahumada. Soy un muy antiguo y creo que buen amigo de Yoyi y quisiera intercambiar algunas cosas con ella.
Mi dirección de correo electrónico es:
jaim.jaimcastanier@gmail.com
Gracias
Jaime