Se está realizando esta semana en Caracas el VI Foro Social Mundial (otro mundo es posible). Las calles de Caracas están agolpadas de ciudadanos (en su mayoría jóvenes) de todos los confines del mundo, lo que impregna de frescor las imágenes que se observan de la capital. La avenida Bolívar está tomada por una megaexposición del Gobierno Nacional. Todo pulcro, ordenado. Supe que ayer se montaron sobre una tarima una buena cantidad de cantantes a deleitar a las juventudes. Entre ellos el salsero Jerry Rivera.
Como contribución al foro, en mi pequeño apartamento tengo alojados a: un joven matrimonio italiano buena onda que tienen montada una cooperativa; una chamo que es un periodista belga que trabaja en una revista que traducida se llama La Izquierda editada en Bruselas. A un profesor mexicano colaborador y de los más hacendoso (ya reparó el baño). A un escritor estadounidesen cascarrabias y malasangre que vive criticando la improvisación en la casa (ayer se molestó porque mí (el mío) papel higiénico se agotó y no había. Dos argentinos que conforman un grupo de teatro de calle, y un pure español que llegó ayer y que exige casi como que si estuviera pagando un hotel cinco estrellas. Menuda mezcla.
Todos duermen en colchones de aire individuales, aunque el español se posesionó del sofá-cama, para estupor de Eugene Gogol (el estadounidense). Este lunes Salvador (el mexicano) tenía las llaves y se fue a hablar con su familia por internet. Todos estaban esperándolo en la entrada del edificio sin poder entrar al apartamento. Querían lincharlo. Llegó a las 9 y pico y todavía anda arrastrando la pena.
Por eso desde acordamos que Eugene se quedaba con las llaves y garantizaba que a las 8 de la noche ya estaría en casa, así todos deben reportarse a partir de esa hora. Resuelto el problema.
Todos se alistaban para no perderse la marcha. Todo les impresiona. Salvador anda mono enseñando la foto que se tomó abrazado de José Vicente Rangel. A los italianos les sedujeron las urnas callejeras que el lunes arrastraban el cadáver del Magallanes.
El periodista dice que le impresiona la manera en que los venezolanos asumen la política. De Eugene no podría decir mucho, sólo que es inmamable... seguiremos informando.
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