martes, agosto 14, 2007

Bang bang

En Venezuela somos pacifistas, pero no desarmados. En Estados Unidos es fácil comprar un arma de fuego, cualquiera puede comprarla; en Venezuela es una golilla adquirirla, cualquiera la tiene.

En Estados Unidos revientan con escandalosa frecuencia matazones en colegios o lugares públicos y cuyos responsables pudieron comprar el pistolón con la misma facilidad con que se compra una hamburguesa. Al día siguiente se olvida.

En Venezuela, los fines de semana la morgue se llena o colapsa por el ingreso de víctimas del plomo, cuyos victimarios andan por las barriadas dotados de los cañones de última tecnología. Al día siguiente hay nuevos titulares.

En Estados Unidos se puede comprar un arma de fuego a domicilio, y Michael Moore denuncia que gente de mucho poder, los Bush vayan adelante, están detrás de esa facilidad de mercado.

En Venezuela… ¿quién se beneficia con la libre venta de armas de fuegos? ¿Por qué nadie, absolutamente nadie, ni la iglesia, plantea, sugiere o comenta sobre la incidencia de las arma de fuego en los índices de criminalidad? ¿Que de cajón que la incidencia es alta? Ah, bueno.

Si somos pacifistas hasta el miedo, ¿por qué no prohibimos el porte de armas de fuego en la población civil? ¿Por qué el Código Orgánico Procesal Penal (COPP) no es mucho más severo con el porte ilícito de arma de fuego? Mejor, ¿por qué todo porte no es ilícito? ¿Qué gana el país permitiendo la libre venta de armas de fuego?

Si el argumento es que la gente compra el arma para defenderse, ¿cuántos homicidios han dejado de producirse porque un arma de fuego lo haya frustrado? A menos que de verdad la mejor defensa sea el ataque, o que la guerra sea la paz del futuro.

¿Qué pasaría, cuál sería el estremecimiento de la opinión pública nacional si el Gobierno llega y prohibe la venta de armas de fuego a civiles y reforma el COPP para que el porte de arma de fuego sea penalizado severamente?

Digo, ya yo perdí toda esperanza con Pedro Carreño, quien se redujo a sí mismo a la categoría de caricatura que todos los lunes hace esfuerzos ingentes por leer un libreto, a través del cual intenta malabarismos estadísticos que no se corresponden al tráfico de familiares de tiroteados en la morgue.

No observo, como quien dice, que el problema de los homicidios en las barriadas esté siendo abordado. Allí no hay esperanzas a la vista, pa qué decir otra cosa.

No veo, que la crisis carcelaria haya sido abordada. No puede concebirse que una Revolución tenga las prisiones que tiene Venezuela.

Tampoco veo la lucecita al final del túnel que indique que la impunidad esté siendo abordada, ni siquiera determinada. La Fiscalía que nos gastamos no merece sino lo que antes se decía del fútbol vinotinto: dejarla morir y ligar a ver si nace una nueva. Y los tribunales… bueno, mejor me callo.

EXTRAS
WILLIAN LARA BENEFACTOR. El fin de semana pasado el ministro Willian Lara (¿o el ciudadano Willian Lara?) estuvo en la ciudad guariqueña de Valle de La Pascua, que es vecina de su natal El Socorro. No hubo convocatoria de medios, fue prácticamente una incursión sigilosa, como ya lo había sido la visita a Altagracia de Orituco para conocer la casa de la Madre Candelaria, monja guariqueña recientemente beatificada por el Vaticano. Un poco antes, Lara había estado en San Juan de Los Morros, capital del estado Guárico, donde hizo su inscripción de aspirante al PSUV. ¿El motivo de estadía de sábado y domingo en Valle de La Pascua? En su rol de benefactor, ¡Lara estuvo regalando sillas de ruedas en el parque ferial de la ciudad! Nada se puede decir contra ese gesto de ayudar a los demás, a los desvalidos… pero cómo nos recuerda ese gesto a las prácticas adecocopeyanas. Ojalá que el ministro de Comunicación e Información eche una batida por las ciudades guariqueñas inspeccionando cómo están funcionando las radios comunitarias. Así despejará toda duda de que está jugando posición adelantada o haciendo abuso del cargo (de poder) en sus supuestas aspiraciones a hacerse de la Gobernación de Guárico.

LUIS GUILLERMO GARCÍA EN URUGUAY . Me entero esta semana de que el nuevo embajador de Venezuela en Uruguay es el periodista Luis Guillermo García. Desconcierto. Qué dios nos agarre confesados. Menos mal que el gobierno uruguayo no es que sea un aliado así que digamos qué bruto, pero al menos mantiene relaciones cordiales con el gobierno bolivariano. En fin, el embajador al menos tendrá oportunidad de hacer su post grado en egolatría. Quizá se busque de tutor a Walter Martínez, originario del Uruguay y honoris causa en estos menesteres del amor propio.

EL PODER MORAL SE DESHACE . Clodobaldo Russián que mete el codo para decir que la Fiscalía no investiga la corrupción, e Isaías Rodríguez que devuelve el pajazo acusando en la AN que ha pedido a la Contraloría General comprobación de la Declaración Jurada de Patrimonio de 20 altos funcionarios y que sólo le han llegado cinco. Cómo se nota que están por renovarse en la AN los cargos del Poder Moral. Pronostico que este fin de semana o la semana que viene Germán Mundaraín tratará de pescar en río revuelto buscando colarse hasta el cargo que este año ¿dejará? Isaías Rodríguez. Mundaraín dirá que efectivamente la corrupción es un cáncer de nuestro país. Así buscará su pase a la evaluación curricular que se hará en la AN para el cargo de Fiscal General, o al menos al de la renovación de su puesto.

No hay comentarios.: