lunes, septiembre 14, 2009

La América en punto de inflexión


Al cabo de una vertiginosa década de renovación política, la América inicia un nuevo punto de inflexión. Comienza el venidero 25 de octubre con las presidenciales en Uruguay, donde el Frente Amplio se proyecta a retener el poder, sólo que transfiriéndolo de un tibio Tabaré Vázquez a un candente Pepe Mujica. Continúa en diciembre de este año con la cantada victoria de Evo en Bolivia.

Pero las relaciones de poder se pondrán a prueba este mismo diciembre en Chile, donde por primera vez –post dictadura- el anquilosado Partido Socialista y la Concertación cederán el poder, bien a Sebastián Piñera, con lo cual el imperio buscará abiertamente imbricarlo con Bogotá, o al joven senador disidente Marco Enríquez-Ominami, que ha sostenido posiciones cercanas al ALBA.

En 2010 toca a Colombia, pero no es la misma situación de 2006, porque Uribe está desgastado y eso lo aquilatan bien las fuerzas imperiales, que si deciden jugar con Santos, quizá cometan un error histórico, pues el Santos guerrerista y racista es el adversario soñado para la izquierda, cuyo chance estribaría en Gustavo Petro y mucho más todavía en Piedad Córdoba.

Brasil vota en 2010, y no es tan seguro que el PT gane (por el exceso romanticismo de Lula), aunque su eventual derrota no será facturada por la reacción, sino por el Partido Comunista.

En 2011 se elige en México y Perú, pero ambos resultados serán directamente proporcionales a lo que haya ocurrido en Colombia y en las parlamentarias venezolanas de 2010, donde el proceso revolucionario y sus vástagos continentales tendrán su personal punto de inflexión.

2 comentarios:

EL LIBREPENSADOR dijo...

El Librepensador

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Tamara dijo...

Desde Chile, muy lejos en la Patagonia. Este artículo es como una pequeña introducción a lo que se nos viene en la América, como la llamas, en lo particular me invita a conocer más de los procesos emancipadores, de esta la patria grande, ahora que el imperio vuelve a poner sus ojos y garras por estos lados. Sin duda los avances son importantes, en materia de soberanía, de nuestros pueblos morenos que se miran a sí mismos y construyen una identidad que en lo social no puede estar alejada del socialismo. Lamentable es el caso de mi país, que viene a desteñir en el vecindario, no dando un paso adelante en destrabarnos de todos los amarres de la dictadura pinochetista, constitución de por medio, sistema electoral de por medio, un neoliberalismo salvaje sustentado por un mercado que resuelve vía trajetas de créditos las necesidades de los que hoy por hoy no se consideran proletarios, y tienen varios sueldos comprometidos en sobrevivir. Chile marcha lento, no sé si seguro, no sé si a buen puerto, a alguna parte va muy lento.